Si preguntamos a cualquier persona, sea del lugar que sea seguro que todos o la inmensa mayoría han escuchado hablar o incluso han visitado alguna vez Constantina, sí Constantina de la sierra, aquel bello paraje en pleno centro de la sierra norte Sevillana, con su gente, su peculiar clima, su ermita, su torre, su castillo … ¡Hay su castillo!. Ese castillo que permanece a su cuidado desde tiempos inmemoriales, ese mismo castillo que ha visto tantos amaneceres entre el valle, aquel que ha visto pasear bajo sus pies a tanta gente diferente, ese que presenció tantas madrugadas de frío, inviernos de nieve, veranos calurosos y florecer la primavera en su plaza del homenaje. El mismo que fue espectador de lujo del milagro en que nuestra patrona, la Señora del Robledo se apareció al pastor y como poco a poco el pueblo creció y se hizo grande en su falda.
Pero claro, tantos años pasan factura y poco a poco, piedra a piedra los cimientos van perdiendo fuerza a causa de tantos temporales que tuvo que soportar hasta que una trágica madrugada de invierno nuestro más preciado tesoro, el emblema de nuestro pueblo, lo que permanece en la memoria de todo aquel que visitó Constantina alguna vez no pudo resistir más y tras tres meses de incansable lluvia, la Torre del Homenaje dijo hasta siempre y como el agua que corría entre sus maltrechas grietas bajó colina abajo y se perdió en el tiempo. Quizás por el temporal o quizás también por el desinterés de los vecinos de nuestro municipio.
OH! Cuantas noches hemos mirado al castillo para verlo resplandecer desde su trono, cuantas mañanas hemos despertado y al mirar por la ventana hemos echado una primera vista a tus almenas alzándose hacia el cielo y cuantos recuerdos entre tus muros de piedra.
Tal vez el castillo siga ahí aunque sin la Torre del Homenaje pero ya nunca volverá a ser lo mismo pasear por el castillo sin alzar la vista para ver aquella majestuosa edificación, nunca volverá a ser como antes. Hemos perdido un vestigio de nuestro pasado y nuestra creación, la creación del pueblo de Constantina, algo de lo que todos los Constantiner@s deberían sentirse orgulloso.
Siempre quedará en la memoria de todos aquella imagen señorial del castillo esplendoroso en lo más alto presidiendo el valle.
¡Hasta siempre historia viva de Constantina!
* Articulo realizado por uno de nuestros socios Alberto Medina Rivas, el cual le agradecemos su colaboración*